viernes, 30 de abril de 2010

La democracia esta huerfana.



Porque no tiene madre. Los ciudadanos estamos desamparados. No hay proyecto de nación. Estamos huérfanos de futuro. La clase política se agandalla el presente ominoso. Nada cambia. Si todo está igual, está peor.

El Congreso concluye otro periodo ordinario de sesiones, con pena y sin gloria. Con vulgaridad. Mala fama bien ganada. Deterioro. Ya son 10 años de desilusión. La esperanza se cansa. La promesa del cambio fallece. Los partidos han sido incapaces de responder al desafío. Faltan liderazgos de propuesta; sobran los de protesta.


El Congreso es indolente. No es caja de resonancia nacional. Es altavoz de cúpulas. El costo, impagable: 4 mil 500 millones al año; 600 millones, por “asignación a grupos parlamentarios” (Excelsior); 12.72 millones para café con galletitas; 126 millones para comidas y eventos; 6.8 millones para botellitas de agua; 613 para boletos de avión; 670 para seguros médicos; 32 para celulares (Emeequis). Los diputados tienen una “dieta” de 105 mil 370 pesos mensuales (antes de impuestos que no pagaban). Ahorran 12% para el retiro; San Lázaro provee otro tanto. Los 500 cobran 28 mil 772 pesos de ayuda ciudadana y 45 mil 786 pesos ¡por ir a trabajar! Ganan mil 869 pesos por hora (martes y jueves). Ciento sesenta veces el salario mínimo (Milenio). Diputados y senadores son un lastre. La casta divina no rinde cuentas.

Soplan vientos electorales como huracán. Todo destruyen. El Congreso es el gran teatro. Comedia y farsa. La oposición boicotea. El PAN coquetea. La izquierda rebuzna. El PRI alardea. No hay mesías capaz de anteponer los intereses nacionales. La partidocracia es perversión de la democracia. Controlar el poder es lo único. Tres partidos monopolizan a su antojo. La morralla no cuenta.


Nuestra democracia está enferma. Desviada. Pervertida. Caminamos en círculo vicioso. Viven las viejas reglas; los lastres del régimen anciano. El poder es botín. El negocio más rentable. A nadie conviene destrabar privilegios. La reforma política, fiscal, energética, laboral, que esperen. Total, llegará lo mínimo de lo mínimo.


EL MONJE LOCO: Parásito es el que vive a costa de otro, depauperándolo sin llegar a matarlo…// ¿Si los hijos de las señoritas putas nos fallaron, ahora votaremos por sus madres?...// Si en Guanajuato, la vida no vale nada, en Ciudad Juárez, menos. Los muertos caen por minuto. Martes y miércoles hubo 30. Detenidos, cero. En este año van 836 y contando…// Maldita paradoja. El Vaticano recibe conclusiones de la investigación a los Legionarios de Cristo. ¿Precisamente el Día del Niño?...// Nadie sabe, nadie supo…


Jose Cardenas.

Articulo del diario "El Universal" .


Cananea en quiebra.










Para el diputado Samuel Moreno, oriundo de Cananea, Sonora, cuyo padre se desempeñó toda su vida al interior de la industria minera y a cuya actividad se siente ligado, la resolución tomada el 21 de abril del 2010 por la Suprema Corte de Justicia de la Nación de anular la relación laboral entre los trabajadores mineros y la empresa Mexicana de Cananea, es de trámite y se significa como el “último clavo” del ataúd que entierra la reactivación económica del municipio.

El recuento de daños de la huelga minera prolongada desde el 30 de julio del 2007 y finiquitada por el máximo tribunal del país el 21 de abril del 2010, deja como secuela colateral; pobreza y desintegración familiar en una población de 35 mil habitantes que en un 70% vivía de forma directa e indirecta de la industria minera, particularmente de la Mina de Cananea, la que genera el 12% de la producción total del sector, el 46% de la producción de cobre a nivel nacional y propiciaba una derrama económica de 150 millones de pesos mensuales en el lugar.

Sin ocultar su contrariedad por el procedimiento seguido en la resolución del conflicto de minera de Cananea: argumenta, “parece que en este país a ningún cabrón le importa el destino y futuro de este municipio, independientemente del conflicto minero no se impulsa el desarrollo regional en la zona, se observa con pasividad culpable como se desintegran las familias y reducen su nivel de calidad de vida, la comunidad se enfila a convertirse en una población fantasma, y esto, a todos les vale madre, es insólito”.

A la intransigencia y arrogancia que vinculan a Germán Larrea, dueño de la empresa Mexicana de Cananea, y Napoleón Gómez Urrutia, líder de los trabajadores mineros de la sección 65 del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos de la República Mexicana, habría que agregar que el primero disfruta de su condición de ser el quinto mexicano más rico del país (de acuerdo a la revista Forbes), en tanto que el segundo, observa desde su estadía en Canadá como se cursa el conflicto.

De mirada fija y expresiones precisas, el Secretario de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de la LXI Legislatura del Congreso de la Unión, refiere que la Comisión Especial de esta instancia legislativa formada para dar Seguimiento a los Conflictos Mineros en el País, que encabeza el también Miguel Ernesto Pompa Corella, luego de instalarse el 2 de marzo del 2010, jamás ha vuelto a convocar sus integrantes para analizar la problemática de Cananea.

Resignado y en espera de un mejor futuro para su comunidad de origen, recuerda con nostalgia: Cananea en 1989 era el primer municipio del mundo y la mejor Ciudad de Latinoamérica, en cuyo territorio existían agencias automotrices y habitantes con los mejores niveles de vida del país, en el municipio era más importante ser líder sindical que Presidente Municipal.

“Había ricos en Cananea, había ganaderos, agricultores, clubes, círculo social, Club de Leones”, sin embargo, luego del domingo verde que se vivió el 20 de agosto de 1989 cuando los militares llegaron a Cananea y sitiaron la mina, la situación cambió y a la fecha no existen mejoras significativas. Recordó que el declive dio inicio con el arribo de Grupo México al municipio, de manera destacada –puntualiza- en las palabras de Germán Larrea: cuando, señaló, “Compre la Mina no al Pueblo”, y sabes qué, lo está cumpliendo, dejando morir la dinámica económica de Cananea.

“Con la declaratoria de quiebra económica de la Mina de Cananea, y su posterior compra por parte de Grupo México iniciaron nuevas negociaciones con un sindicato diferente, y aquel mundo de bonanza cambió”, la desaparición de los empleos fue lo primero en darse, acompañado del cierre de la Clínica Obrera, Hospital del Tronquillo y 143 comercios. En sus buenos tiempos los ciudadanos de Cananea podían tomar agua de la llave e incluso fueron los primeros en usar el gas por medio de tubería, factor que ahora es imposible.

Sin embargo, con base en mi condición de legislador federal, no dejaré que Cananea desaparezca, finalizó.


Eucario Nyckz Valverde.















jueves, 29 de abril de 2010

Teresa y Alberta al fin liberadas y,¿Que sigue?


Por unanimidad, la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenó ayer la liberación inmediata de Alberta Alcántara Juan y Teresa González Cornelio, indígenas otomíes apresadas el 5 de agosto de 2006 y condenadas a 21 años de prisión, luego de que la Procuraduría General de la República las acusó de haber secuestrado –junto con Jacinta Francisco Marcial, excarcelada en septiembre pasado– a seis efectivos de la extinta Agencia Federal de Investigación en la comunidad de Santiago Mexquititlán, Querétaro. Alcántara Juan y González Cornelio fueron puestas en libertad ayer mismo.

La resolución emitida por la Corte resulta positiva y saludable por cuanto rectifica un atropello cometido por el Estado mexicano en contra de dos mujeres indígenas y pobres, y porque, en alguna medida, reivindica al máximo órgano de justicia del país, inmerso en una desconfianza generalizada a consecuencia de un historial de fallos impresentables y vergonzosos: la exculpación del gobernador de Puebla, Mario Marín –pese a su participación inocultable en una conjura contra la periodista Lydia Cacho–; la liberación de involucrados en la masacre de Acteal; la aprobación del sistema vigente de pensiones del ISSSTE –que implicó regalar a las instituciones bancarias un negocio millonario con el dinero de los trabajadores del Estado–, entre otros hechos que colocaron al máximo tribunal, a ojos de la opinión pública, como instancia al servicio de los intereses del grupo político-empresarial que detenta el poder en el país.

La contundencia del fallo emitido ayer por la SCJN es indicativa del calado de la injusticia que padecieron las indígenas otomíes desde agosto de 2006: al carácter absurdo e inverosímil de la acusaciones que se fincaron en su contra, y que prosperaron a contrapelo de las evidencias disponibles y de la lógica más elemental, deben sumarse las “graves irregularidades” procesales que ambas padecieron, como la ausencia de un traductor durante sus declaraciones ministeriales, la fabricación de testimonios y el empleo de pruebas ilícitas por la PGR, así como las constantes contradicciones en que incurrieron los agentes supuestamente secuestrados.
El empecinamiento de las autoridades federales en mantenerlas durante todo este tiempo en prisión –una circunstancia que podría ser equiparada a un secuestro de Estado– refleja, por lo demás, un extravío exasperante de los aparatos de procuración e impartición de justicia en el país, instituciones que tienen bajo su responsabilidad la salvaguarda del estado de derecho y en las que, sin embargo, se han vuelto prácticas comunes el abuso del poder, el empleo faccioso y arbitrario de las leyes, la corrupción, la discriminación, la impunidad y la violación de las garantías individuales.

Ante los elementos de juicio mencionados, la liberación de Teresa y Alberta no debiera ser vista por la sociedad civil –ni mucho menos por las autoridades– como el desenlace de este episodio inaceptable: es necesario que, en un espíritu de esclarecimiento y de combate a la impunidad, el gobierno federal emprenda acciones orientadas a reparar el daño causado a las mujeres indígenas y sus familias, así como las pesquisas correspondientes en contra de los malos funcionarios de la PGR que integraron un proceso a todas luces irregular. Del mismo modo, resulta obligado que las instancias correspondientes investiguen a los integrantes del Poder Judicial que no pudieron o no quisieron ver en su momento la manifiesta inocencia de las indígenas otomíes y que decidieron condenarlas a prisión. El deslinde de responsabilidades y la aplicación de las sanciones legales son imprescindibles, porque atropellos como el sufrido por las indígenas queretanas no deben repetirse.

*Nota del diario "La Jornada"

miércoles, 28 de abril de 2010

El Mexicano feo.



Horizontes:



Buena parte de las dificultades que históricamente han dividido a México y Estados Unidos es que, siendo el segundo más fuerte, rico y próspero que el primero, muchos mexicanos han deseado incorporarse de una u otra forma a ese atractivo modelo económico, social y político. Quizá los sentimientos antiestadunidenses que afloran en la historia oficial, en discursos públicos y en conversaciones privadas, tienen menos que ver con la forma de ser estadunidense y más con el hecho de que sufrimos un constante rechazo de nuestros vecinos, repudio expresado de diversas formas. Agustín de Iturbide dijo, a quien sería el primer embajador de Estados Unidos en este país, Joel Poinsett, que nosotros no teníamos ni la tradición ni la cultura para adoptar un régimen democrático (la tesis conservadora). No deja de ser irónico que muchos liberales, que sí deseaban la democracia como forma de gobierno, terminaran convencidos de que, en efecto, México no podría instaurar un régimen democrático por sí mismo y que sería mejor integrarnos a Estados Unidos, es decir, a una democracia ya establecida, a la cual podríamos asimilarnos más fácilmente.

Ejemplo emblemático de ello lo es el liberal Lorenzo de Zavala, notable político e intelectual mexicano, quien, al escoger entre democracia y nacionalidad, eligió la primera al apoyar la independencia de Texas, de la cual fue primer vicepresidente. Pero Zavala no era el único que así pensaba. Aun en la experiencia traumática de la guerra de 1847, en la que perdimos la mitad del territorio, se expresaba la dualidad amor-odio hacia esa pujante república. Por ejemplo, el ex gobernador de Zacatecas, Manuel González Cosío, escribió a Valentín Gómez Farías: “Si como la posición geográfica de nuestro desgraciado estado es tan central, si fuera limítrofe, siquiera como Chihuahua, habríamos proclamado nuestra independencia y aun nuestra unión a los EU. Sí, nuestra unión a aquella República, porque en la forzosa y dura alternativa de perder la libertad o la nacionalidad, la elección es muy obvia. Texas ha hecho mil veces bien, y lo mismo hará California”.

Nicholas Trist, el negociador estadunidense de la paz con México, reportaba a su gobierno que los liberales más extremos hacían esfuerzos por prolongar la guerra para así allanar el terreno a una anexión total, y de esa manera podría prevalecer, por vía indirecta, la democracia en este territorio: “Que México vaya a convertirse en parte de los EU, es algo seguro —le decían—. ¿Y por qué no hacerlo hoy en lugar de esperar diez o veinte años más? Si ya están aquí, ¿por qué no se quedan?”. Pero mientras muchos mexicanos animaban el anhelo de incorporarnos a la Unión Americana, allá mismo se sostenía un intenso debate sobre si quedarse sólo con una parte del territorio mexicano o de una vez anexarlo todo. Las razones de quienes se oponían a la anexión total eran, por un lado, el hecho de que en el Congreso se había puesto la condición de que todo territorio nuevo estaría libre de esclavitud. Por lo cual, los esclavistas no vieron con buenos ojos la anexión total, pues quedarían en franca minoría. Pero otra razón poderosa fue la de quienes creían que, de anexarse todo México (con sus cerca de ocho millones de habitantes), las instituciones democráticas se desvirtuarían, no podrían soportar el peso de tantos nuevos ciudadanos que nada sabían de civilidad y democracia. Las sabias y eficaces instituciones estadunidenses —sostenían— se habían diseñado para población blanca, no para una raza mestiza “que había heredado todos los vicios de sus dos raíces étnicas, y ninguna de sus virtudes”. Ganó, pues, la posición de quienes sólo querían anexar los territorios menos poblados de México, con cerca de 100 mil mexicanos, que como quiera podrían ser asimilados sin que reventaran sus instituciones y forma de vida.

Hoy en día, cerca de 20 millones de mexicanos han sido asimilados adecuadamente a la forma de organización económica y política de Estados Unidos, y la gran mayoría se ha adaptado muy bien.

Inclusive, indeseables prácticas y conductas que son habituales en México, se transforman allá relativamente pronto, a causa de los fuertes incentivos económicos, sociales y políticos que el modelo estadunidense suscita en los emigrantes mexicanos.

El problema es que son también muchos los estadunidenses que, como en el siglo XIX, nos siguen considerando un elemento alienante, difícil de integrar y, por ende, francamente indeseable.




Jose Antonio Crespo.

martes, 27 de abril de 2010

Arizona: a la cárcel por prietos.


Hace algunos años entrevisté a César Chávez, el legendario luchador social nacido y muerto en Arizona que agrupó a los agricultores de la mayor parte de Estados Unidos. Andaba a salto de mata y con orden de aprehensión. Lo ubiqué en un rancho, en algún lugar de California. Me impactó su personalidad: el pelo abundantísimo, todavía negro pero ya con una creciente competencia de canas; era un ser cuyo magnetismo se irradiaba a todo el cuarto aquel. Hablaba perfecto español, aunque de repente se le dificultaba un poco. Me relató su lucha, de cómo trataba de darle dignidad y un pago justo a quienes se quebraban el lomo de sol a sol en la siembra o en las cosechas. Pero de todo lo que me dijo, algo se me quedó para siempre. Cuando le pregunté cuál era el camino para ir conquistando el poder político, recuerdo que guardó silencio encerrado en aquel rostro pétreo e iluminado, hasta que me soltó: “¡La panza de nuestras mujeres! Porque mientras estos pinches gringos tienen uno y si acaso dos, nosotros aventamos de a cuatro o cinco. Es cuestión de tiempo y no ha de pasar mucho”. Chávez murió en 1993 y no andaba tan errado. Hoy la hispana es la primera minoría, ha sobrepasado a la negritud y en algunas zonas del país es franca mayoría.
También leí alguna vez que Mao Tse Tung —no sé si en el libro rojo— estableció que la única posibilidad de cambiar al imperialismo yanqui medía tres mil 300 kilómetros de frontera con México.


Pero yo no sé si alguno o ambos imaginaron que el precio sería tan alto. La ley promulgada por la gobernadora Brewer de Arizona sólo se asemeja a la alemana nazi cuando a los judíos les aterraba salir a las calles. Ahora los policías no únicamente podrán, sino que tienen la obligación de detener a cualquier sospechoso de ser ilegal, por su pura apariencia. Pero hay algo más, ya algunos idiotas que se quedaron en el pasón de Apocalypse Now están reclutando soldados y ex marines para formar milicias que salgan a cazar migrantes mexicanos. Junto a ellos, los pelirrojos de panzas cheleras llamados Minutemen son una recepción de santa closes.


Pero no es un chiste. Mil 259 mexicanos han muerto ya en el paso de Arizona. Qué bueno que el presidente Calderón se comprometa a defender los derechos humanos de quienes sean detenidos. Pero hay que hacer mucho más contra Arizona. Hay que boicotearlos comercialmente. Cancelarles vuelos. Hay que dejar de dar o tomar clases en sus universidades. Hay que romperles en sus narices los acuerdos de cooperación. Hay que declararle la guerra a Arizona.

Ricardo Rocha.

lunes, 26 de abril de 2010

Calderon y Diaz Ordaz.




Se ha dicho que Felipe Calderón es el presidente más intransigente y pro-militar de la historia reciente, equiparable sólo con Díaz Ordaz, y cada vez más gente coincide con esta observación. Todo parece indicar que por ello ha comenzado a reconstruir su imagen para un futuro histórico.

Sorprendió al país enviando la iniciativa educativa y sanitaria contra la obesidad en escuelas, exigió que se le pusieran dientes a la Comisión Federal de Competencia (CFC) para investigar y castigar las prácticas anticompetitivas y controlar el poder de los monopolios y oligopolios. Dejó boquiabierta a la comunidad de derechos humanos con su iniciativa para retirar el fuero militar a cualquier soldado que hiciere tareas civiles y policiacas. (Del subrepticio manotazo a Telcel por su dominancia no hablamos, porque de última hora Calderón se rajó e hizo las paces con Slim)


El resultado fue que Lujambio, el secretario de Educación, salió a desarticular la iniciativa antiobesidad calificándola de imposible e inoperante. La CFC dijo que no sabía que Calderón habría de enviar la iniciativa que ellos mismos le entregaron hace tiempo. La Sedena quedó muda, pero el Congreso se encargó de inhabilitar cualquier propuesta de eliminar el fuero militar. Tengo la impresión de que Felipe Calderón sabía que sus iniciativas no tendrían éxito alguno, o incluso que hizo la estrategia para que así resultara. Lujambio como miembro del gabinete no contradice a su jefe y resulta ingenuo creer que le iba a dar una puñalada trapera sin que Presidencia reaccionara públicamente, sin embargo no hubo más que silencio. No fue solamente el PRD sino también el propio PAN, del cual Calderón tiene el control total, quien entorpeció toda posibilidad de que avancen las iniciativas. Ya Nixon decía que para lograr un acuerdo legislativo hacía falta un real cabildeo presidencial. Calderón no se tomó la molestia ¿Por qué?


Un grupo de intelectuales ha planteado la certera idea de que el Poder Legislativo conforma la generación del No, que tanto su incapacidad para negociar como la protección de sus propios intereses políticos y empresariales logran paralizar cualquier reforma que llega a sus manos, aunque ésta pudiera beneficiar al país la vetan o congelan, particularmente las reformas enviadas desde Los Pinos. Eso es cierto y parece que Calderón decidió hace poco dar un golpe de timón, ¿pero lo dio en verdad?


Me parece que el Presidente hizo estas movidas porque ha comenzado a intentar blindarse ante la crítica de la historia, bien podría decir, al menos en papel, que fue él quien propuso retirar el fuero del Ejército al que envió a las calles, que él quiso eliminar la obesidad en escuelas y erradicar los monopolios mediáticos; pero que la generación del No se lo impidió. La estrategia presidencial se cebó porque sus desaciertos son mayúsculos, hay suficientes evidencias para afirmar que la manera en que envió las iniciativas era una apuesta para el fracaso. Es una lástima que el Presidente subestime de esta forma a la sociedad y que se tome tan poca molestia hasta para fingir procesos democráticos.

Lydia Cacho

domingo, 25 de abril de 2010

Recuento Semanal.






Cuando Octavio Paz, a quien citamos con recurrencia en esta columna, recibió en 1990 el Premio Nobel de Literatura estaba aterrado.

No se debían sus temores al peso de la fama y la gloria ni al inminente discurso a la vuelta de la esquina. Tenía pavor de Elena Garro, quien lo había amenazado con escandalizar a la puerta de la Sala de Conciertos de Estocolmo como protesta por quién sabe cuál de los imaginarios agravios sufridos.

Pablo Neruda cuenta de su temor por la presencia de quienes querrían cortarle las colas de la levita con fulgentes tijeras socialistas y antimonárquicas y Gabriel García Márquez de como saltó el cerco formal de la indumentaria protocolaria y se puso un traje blanco de algodón con lino para no parecer pianista de concierto.

Pero a ninguno de ellos, como a José Emilio Pacheco en la entrega del Premio Cervantes se le bajaron los pantalones hasta la media pierna por el simple olvido de unos benéficos e infalibles tirantes.

“Es un buen antídoto contra la vanidad”, dijo JEP en uno de sus típicos gestos de humor.

José Emilio vive, al menos eso parece, siempre al borde de una catástrofe. Pero cuando se le supone al punto de despeñarse por un imaginario barranco, siempre logra un momento de viveza y gracia. Eso lo hace vulnerable en apariencia y cálido y genuino a más no poder.

Por eso a fin de cuentas sus versos y su prosa rematan siempre con la revolera de la esperanza, con la certeza de una cercana, vigente y actuante inteligencia salvadora.

Sus palabras al recibir el galardón literario (olvidemos la borbónica condición de los otorgantes) son una muestra.

“Nada de lo que ocurre en este cruel 2010 —de los terremotos a la nube de ceniza, de la miseria creciente a la inusitada violencia que devasta a países como México—, era previsible para comenzar el año. Toda cambia día a día, todo se corrompe, todo se destruye. Sin embargo, en medio de la catástrofe, al centro del horror que nos cerca por todas partes, siguen en pie, y hoy como nunca son capaces de darnos respuestas, el misterio y la gloria del Quijote”.

***************

Hoy en México todo es historia, excepto cuando es historieta.

Los años 1810 y 1910, presentes en el ciclo de los siglos, nos convocan a conmemorar y de paso abaratar la celebración con puro rollo baladí, oportunista e innecesario. Magno oropel en el exceso de bautizos centenarios y bicentenarios.

Se enciende un bombillo y ya se le pone la etiqueta del siglo o el doble siglo.

Pero dentro de cien años, cuál será la memoria de estos días. ¿Cuáles los rasgos para fijar en el tiempo nuestro paso actual por la vida y el infinito del tiempo?

La acumulación memoriosa de nuestros actos, algunos de ellos con carácter perdurable hasta para trascender el tiempo y definir el rostro actual para conocimiento de quienes vengan, se ha abaratado notablemente.

Por ejemplo ¿la mortandad de la lucha contra el crimen, no exenta de crímenes ella misma, será un rasgo importante en la historia de estos días o escogerá la historia para retratarnos la visita de Joaquín Sabina a Los Pinos para celebrar el pacto filarmónico del agave?

Nadie lo sabe todavía, pero para seguir con la interminable historia de los intelectuales y el poder, recibe el señor Presidente a los especialistas cuyo talento reunido nos ofrece una nueva versión, cómoda, barata; de lectura rápida y fácil de nuestra historia patria, sin la ampulosidad de Vicente Riva Palacio suponemos y con la claridad crítica de Enrique Krauze, por ejemplo.

Quizá hoy nos hagan falta Edmundo O’Gorman; José Fuentes Mares o Luis González, pero como la marchantita del mercado, esto hay y así lo estamos dando.

Hoy cuando nos hemos vuelto historietistas deberíamos releer estas palabras y tratar de hundirlas en la conciencia, especialmente de los gobernantes incultos.

“Aunque los mexicanos (dijo Octavio Paz) estamos preocupados —mejor dicho, obsesionados— por nuestro pasado, no tenemos una idea clara de lo que hemos sido. Y lo que es más grave, no queremos tenerla. Vivimos entre el mito y la negación, deificamos a ciertos periodos, olvidamos a otros. Esos olvidos son significativos; hay una censura histórica, como hay una censura psíquica. Nuestra historia es un texto lleno de pasajes escritos con tinta negra y otros escritos con tinta invisible. Párrafos pletóricos de signos de admiración, seguidos de párrafos tachados…”.

Significativo sobre todo cuando el “historietismo” sustituye al historicismo.

El libro Historia de México presentado la tarde del pasado viernes en Los Pinos tiene un remate en torno de los hechos presentes los cuales, por definición, no caben aún en la historia. Esa ni siquiera la hemos escrito todavía. Quizá sirven nada más para justificar de antemano las acciones del actual Presidente. “La historia me absolverá”, ha dicho alguien, pero aquí preferimos la absolución de los historiadores. No podemos cambiar el mensaje, pero sí comprar al mensajero.

***************

Por otra parte, durante la instalación de la Comisión Especial de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), para conmemorar lo conmemorable, el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto pidió aprovechar las efemérides para reflexionar sobre el quehacer futuro.

“En el régimen democrático que todos compartimos y en el que estamos inmersos, es difícil construir una visión única de país, pero creo que este año nos da la oportunidad de definir metas comunes; objetivos claros para nuestro país”.

Peña Nieto entregó dos colecciones de la Biblioteca Mexiquense del Bicentenario, integrada por 314 títulos, una al gobierno de Guanajuato y otra que formará parte del acervo de la Biblioteca Nacional del Bicentenario que tendrá su sede en esta ciudad, cuna de la Independencia nacional.

***************

Le preguntaron al senador Manlio Fabio Beltrones en la reunión anual de los banqueros en el puerto de Acapulco:

—Lo que dijo ayer Calderón, sobre la economía y las finanzas en México van muy bien, es un discurso alentador. ¿Comparte esa óptica?

—Sí. Yo veo un México con resultados mucho mejores, obviamente, que en el 2009, afortunadamente. Recordemos que venimos de un decrecimiento de menos siete puntos del Producto Interno Bruto y con pronósticos que en esta ocasión podremos crecer hasta cinco puntos del Producto Interno Bruto; todavía nos quedarían debiendo dos puntos de los que faltaron en el año 2009.

“No obstante este impulso, creo que lo debemos consolidar aprovechando la inercia para hacer más cambios de fondo que permitan a México volver a estar al frente del crecimiento económico en Latinoamérica”.

Pues sí, dos y dos son cuatro. Hasta cuando la aritmética del gobierno los quiere convertir en cinco.

***************

Dijo el presidente de la Comisión Nacional Bancaria, Alberto Babatz, que millones de familias han tenido dificultades para cubrir los pagos de sus tarjetas de crédito, la banca ha tenido que absorber 211 mil 305 millones de pérdidas asociadas con esta cartera en los últimos tres ejercicios y ha sufrido un enorme deterioro en su reputación”.

Obviamente el crédito al consumo como una forma de disfrazar la usura, en manos de una banca soberbia y autorregulada, en lugar del fomento al crédito, a la producción, es uno de los peores caminos para falsificar la economía.

Quizá por eso Alejandro Werner les dijo a los señores de la chistera acapulqueña en la reciente convención bancaria sobre el fin de una era de liberalidad extrema para regresar y colocarse, disciplinados y bien portaditos, “bajo el paraguas de la regulación”.

Pero desde las alturas se escuchó un grito ya conocido: ¡Sí!, Chucha.

***************

Por si algo faltara ahora el gobernador de Chihuahua, José Reyes Baeza se enfrasca en un pleito con el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, a quien lo tupido no lo deja ni sentir lo duro.

Como se sabe FGM atribuyó al sistema judicial penal de Chihuahua el incontrolable clima de violencia cercano a la ingobernabilidad absoluta y el mandatario local le respondió con un rapapolvos de página entera bajo la forma de una carta abierta de reclamación dirigida al Presidente de la República.

“El fortalecimiento del estado de Derecho y la tranquilidad y la seguridad de los ciudadanos es responsabilidad de todos. Expresiones como las vertidas por el secretario de Gobernación en nada abonan a ese propósito”, le dice Reyes Baeza al Presidente al comentar la imprudencia del secretario.

A veces la desmesurada emoción, la búsqueda a como dé lugar de una grandilocuencia ubicua y sorprendente, como le sucede a FGM, puede producir malos resultados como ha ocurrido en este caso.

***************

Una de las áreas donde se ha notado la recuperación económica es en los puertos, al menos en el volumen de sus operaciones.

Datos de la oficina de Alejandro Chacón Domínguez, responsable de la SCT en esa área, dicen de un crecimiento del 38.4% respecto al primer trimestre del 2009 en movimiento de vehículos (cuando se movieron 112 mil 903 unidades), significativa recuperación en cuanto a movimiento de “carga rodada” por los puertos del país.

Esta tendencia se reforzará con el reciente acuerdo con Nissan Mexicana para mover más de 19 mil unidades durante 2010 desde Veracruz con destino a Arabia Saudita, Qatar, Kuwait, Omán, Bahrain y Yemen, entre otros lugares.

La naviera de origen sueco-noruego, especializada en carga automotriz, Wallenius Wilhelmsem Logistics (WWL), zarpó de Veracruz, con el primer embarque de 780 automóviles de esa armadora.






*Rafael Cardona.