jueves, 30 de diciembre de 2010

Cuentacuentos via Twitter.


Imbuido por el espíritu navideño, al inquilino de Los Pinos no se le ocurrió mejor puntada –vía Twitter, desde luego– que presumir uno de sus cuentos más sobados: el del "bajo" desempleo”, aderezado con "cifras históricas" en generación de plazas laborales en el sector formal de la economía. Una y otra vez repetido a lo largo de su estancia en la residencia oficial, todo indica que el susodicho cree que los mexicanos le creen.

Recién escribió en Twitter: “A pesar del fuerte incremento de la población en edad de trabajar, el desempleo en México es de alrededor de 5 por ciento. En Estados Unidos de 10 por ciento, en España de 20 por ciento… De enero a noviembre se crearon en México 962 mil nuevos empleos formales, ya descontadas las bajas. La cifra más alta en la historia… La cifra es neta, es decir, a los empleos nuevos registrados se descuentan bajas y renuncias y resultan 962 mil nuevos empleos”. Un poco más y lo publica el día de los inocentes.

De entrada, durante su estancia en Los Pinos, la tasa oficial de desempleo abierto (Inegi) se ha incrementado 47.5 por ciento (hasta noviembre pasado); no aclara que de sus "cifras históricas" en generación de empleo en el sector formal de la economía casi cuatro de cada 10 corresponden a plazas eventuales y mayoritariamente de uno a dos salarios mínimos, y que, en fin, los 962 mil puestos presumidos son, prácticamente, los únicos generados a lo largo de sus cuatro años en la residencia oficial, de tal suerte que los resultados son igual de mediocres que los reportados por sus antecesores e igual de insuficientes para atender la demanda real de la población. ¿Algo de qué presumir?

Para dar una idea, en los últimos 15 años se generaron oficialmente 4.8 millones de empleos en la economía formal, registrados por el IMSS. En igual periodo, la demanda real de plazas laborales en dicho sector se estima entre 15 y 18 millones, de tal suerte que en el mejor de los casos sólo uno de cada tres mexicanos en edad y condiciones de laborar lograr colocarse en el mercado formal. ¿Y el resto? Desempleo, informalidad, narco o exilio económico.

Como se ha comentado en este espacio, la especialidad de los gobiernos panistas es presumir "logros" inexistentes, especialmente en lo que a empleo se refiere. En el calderonato ha sido cosa de todos los días. Por ejemplo, a lo largo de su estancia en Los Pinos la generación de empleo formal debería sumar entre 4 y 4.5 millones de puestos de trabajo para atender la demanda real; presume 962 mil (sin considerar la previsible caída que se registrará en el último mes de 2010, estimada en 250 mil plazas), lo que se traduce, ya con las cifras actualizadas, en que, como máximo, sólo 24 de cada 100 mexicanos en edad y condición de laborar pudieron colocarse en la economía formal en los 48 meses que Calderón lleva en la residencia oficial.

Eso por el lado de la generación de puestos de trabajo, pero, ¿cuál es la situación real en materia de desempleo en el país? ¿Es correcta la aseveración de que la tasa es menor en México que en Estados Unidos? Pues bien, lo documenta el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad de Economía de la UNAM (Empleo y desempleo durante el desgobierno de Felipe Calderón 2006-2010): "Podemos afirmar que para junio de 2010 el total de la población desempleada en México sumó 8 millones 83 mil 471 personas (3.2 tantos más que las cifras oficial). Y que la tasa real de desempleo es de 15.3 por ciento y no de 5.3 por ciento que marca la tasa de desocupación oficial". De hecho, con cifras actualizadas a noviembre pasado ese indicador había crecido a 17 por ciento.

El CAM ha construido una tasa de desempleo para México partiendo del reconocimiento de que en el país ese indicador no se mide de acuerdo con los parámetros de la Organización Internacional del Trabajo (que sí se utilizan en, por ejemplo, Estados Unidos y España, ejemplos citado por Calderón), "lo que le permite al Inegi encubrir, para el segundo trimestre de 2010, a 5 millones 597 mil 546 personas disponibles que no reporta como desempleadas, junto a los 2 millones 485 mil 925 que sí reconoce como desocupados. De hecho, el mismo Inegi reconoce que la tasa de desocupación no mide el desempleo".

El citado centro de la UNAM señala lo siguiente: "Si en mayo pasado el gobierno federal califica como el mayor logro en 17 años la recuperación, hasta ese momento, de 382 mil plazas de entre 701 mil perdidas, ¿cómo habría de calificarse que en lo que va del sexenio sólo en el subsector informal de los hogares el empleo se haya incrementado en un millón 444 mil 329 personas, lo que representa un aumento de 11.24 por ciento? Además, respecto de la población ocupada, el total de trabajadores informales representaba 54.1 por ciento a finales de 2006, en comparación con el 55.04 por ciento que representa en este año. Entonces, ¿cómo es posible que México, con una tendencia de la tasa de crecimiento del PIB que difícilmente ha rebasado el 3 por ciento en los últimos años, tenga una tasa de desempleo menor que la mayoría de los países miembros de la OCDE? Considerando que para el crecimiento y desarrollo de una economía es fundamental la creación de nuevos y mejores empleos, el mayor crecimiento del PIB permite generar mayores empleos".

Por lo anterior, pregunta: "¿Por qué mientras en México para 2009 la tasa de desempleo, según el gobierno federal, fue de 5.4 por ciento, en Estados Unidos fue el doble, es decir, 10.4 por ciento? Existe una contradicción entre la caída del PIB (-6.5 por ciento) de la economía mexicana en contraste con la de Estados Unidos, que creció 0.9 por ciento del PIB. Este mismo comportamiento es prácticamente igual en casi todos los países de la OCDE; es decir, en todos las naciones creció el desempleo en función del crecimiento de la economía. La realidad muestra que el comportamiento del desempleo existe independientemente de la estadística y de su manipulación".

Pero el inquilino de Los Pinos es feliz y vive en el éter, y ninguna realidad, por cruda que sea, le borrará la sonrisa.

Lo cierto:

Los que sí son históricos, sin comillas, son los niveles de violencia, inseguridad, corrupción e impunidad que registra el país. En la negra consciencia de quienes dicen combatir al crimen organizado queda el asesinato de muchos mexicanos inocentes y de otros que se ven obligados a dejar el país (más allá de quienes lo hacen por razones económicas) ante la permanente ausencia de justicia. Marisela Escobedo y su familia, entre los más recientes.

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