Lo que sucedió con el coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en el Congreso del estado de México, Ricardo Moreno, es una suerte de “crónica de una renuncia obligada”. Hace ocho días, el legislador se opuso con vehemencia a la estrategia de alianzas electorales que finalmente se impuso. Ayer, llegó al recinto legislativo para encontrarse con la sorpresa de que sus compañeros de bancada simplemente lo habían sustituido. Por la tarde envió una carta de tres párrafos al dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega, que en su parte medular consigna que “en un acto de congruencia política, el día de hoy presento mi renuncia a mi militancia dentro del PRD y hago votos para que esta línea política claudicante y entreguista pronto llegue a su fin”. Dicen los enterados que esta es la primera, pero que en camino vienen más.
Todo es cuestión de enfoques. Mientras la Cancillería y la Secretaría de Gobernación emitieron un comunicado en el que destacaron los halagos de la relatora especial de Naciones Unidas sobre la Independencia de Magistrados y Abogados, Gabriela Knaul, en torno a los avances en el sistema judicial del país, en su último día de visita a México la experta se reunió con medios de comunicación y arremetió en serio contra el sistema de justicia. Después de reunirse con funcionarios federales, juzgadores, magistrados, abogados y visitar, además del DF, el estado de México, Nuevo León, Yucatán y San Luis Potosí para conocer de primera mano la situación en el país, fustigó al Ejecutivo por criticar la actuación del Poder Judicial y tener supeditado al Ministerio Público, a gobernadores que de facto designan a presidentes de tribunales de justicia estatales restándoles independencia; habló de deficiencias en investigaciones, de arraigos para detener y después investigar a sospechosos, de denegación de justicia para los más desprotegidos; sólo se salvó la Corte por su transparencia y acceso a la información y sus sesiones públicas para tomar decisiones clave en la agenda del país.
El que de plano debe considerar que visitar Tlacotalpan no fue precisamente la mejor idea, es el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera. Resulta que los damnificados por las lluvias lo rodearon, jalonearon y lanzaron toda clase de consignas. Le pedían a gritos ayuda. El mandatario intentó evadir a la multitud que lo siguió hasta unos billares, donde finalmente logró zafarse. Ante funcionarios y medios, Herrera dijo que “los tlacotalpeños no tienen llenadera”. Cabría recordar que Tlacotalpan tiene dos meses bajo el agua y que sus habitantes perdieron enseres del hogar, negocios, ganado y siembras. Tal vez por eso “no tienen llenadera”.
Siguiendo puntualmente el dicho de que “la unión hace la fuerza”, cinco alcaldes electos de Quintana Roo, dos del PAN y tres del PRD, decidieron formar una coalición extraelectoral para negociar con los gobernadores, el actual, Félix González Canto, y el próximo, Roberto Borge, del PRI, asuntos relacionados con finanzas, programas de gobierno y pedir, además, respeto mutuo. La alianza incluye a los ediles electos de Lázaro Cárdenas, Benito Juárez, Isla Mujeres, José María Morelos y Felipe Carrillo Puerto. Así se advirtió que la alianza del PAN, PRD, PT y Convergencia en los comicios del pasado 4 de julio no concluirá, ya que los cinco alcaldes formarán una coalición de gobierno de oposición.
Apunte final. El jefe de Gobierno del DF sigue moviendo sus piezas. Ayer designó a Alfonso Brito nuevo director de Comunicación Social del GDF, en sustitución de Óscar Argüelles, quien asume la coordinación operativa de la fundación Equidad y Progreso. Nos dicen que Ebrard no quiere perder tiempo ni dejar nada al azar, y que por eso no debe extrañar que su círculo más cercano se mude en cuestión de semanas hacia la estructura con la que busca la candidatura de 2012.
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